Tic, tac, tic, tac... ¿el fin de los 200? Con el Fondo habla Máximo. Parece que el pánico ya no disciplina. Desabastecimiento. El Instituto ganó pulseada. En clave electoral. Las tomas.
1.279 millones de dólares. “¡No va más, caballeros! grita un operador con alma de crupier del otro lado de la línea. Su interlocutor un gurú de la City es terminante: “Algo va a venir”. Es que agosto terminó con ese nivel de ventas de dólares del BCRA. A este ritmo es game over. El que no lo quiera ver se le fue el tren. Y en el BCRA lo saben, pero la puja interna posterga una resolución. ¿Será el fin del cupo de u$s200 mensuales para atesorar? ¿O vendrá un impuesto País que reduzca la brecha de prepo? En las mesas solo se habla de esto y de la disociación entre las demandas de la sociedad y el accionar de la clase política, que no deja de espantar con sus conventillos parlamentarios. Lo que suele advertir un reconocido exministro de Economía de que “el pánico disciplina” parece no estar surtiendo efecto. También son los temas dominantes en los Zoom y videoconferencias. Claro que también la negociación con el FMI es tema de debate y las tomas de tierras se cuelan en los encuentros, pero el tema candente es el cambiario. Una parte del Gobierno, en contra del BCRA, prefiere esperar a fin de setiembre para decidir cambios. Sea lo que fuere, lo que viene será presentado como que no es una profundización del cepo. Este diario vino adelantando el tema del goteo de reservas que en cuatro de los últimos cinco meses sumó ventas por más de u$s3.000 millones. Se están acabando las balas. Lástima que en medio de la negociación con el Fondo, que de por sí el Gobierno intenta dilatar, sobre todo el cierre, ese “algo está por venir” se inmiscuirá en el tira y afloje con el organismo. Al respecto, un economista con llegada al oficialismo comentaba frente a inversores que la idea del Gobierno es que se involucren referentes del Congreso en las negociaciones con el Fondo, y lo que se habría definido es que el diputado Máximo Kirchner será la voz cantante que fijará los límites de la negociación. Como se descuenta que el tema de las reformas estructurales pendientes no figurará en la agenda del diputado, porque la Argentina no le pediría más plata al organismo, lo cual constituye para algunos una “ventajita” a la hora de negociar con un acreedor que parece tener en el pecaminoso deudor criollo un grillete al tobillo. Se especula con que el FMI, por la pandemia, haría un aumento de cuotas lo que por el solo hecho de ser socio, la Argentina podría recibir unos u$s3.000millones en 2021. Parece un vaso de agua en el desierto pero para las anoréxicas reservas netas del BCRA podrían ser un océano. Pero la cuestión es que la brecha no es sostenible en estos niveles. Aunque la paradoja es que el tipo de cambio real no parece atrasado, sino que las expectativas están desmadradas. Vale señalar cómo creció el volumen operado en el Matba Rofex (que apropósito tuvo su mejor agosto de la historia en futuros agropecuarios negociados de soja, maíz y trigo). Se estima que el BCRA ya está “vendido” en u$s5.100/u$s5.300 millones.
Pero más allá del nivel del tipo de cambio real, entre la pandemia y el cepo se empezaron a escuchar quejas y temores de industriales que ven señales de desabastecimiento de insumos y partes. Explican que algunos no venden, solo lo necesario, por temor a la reposición. O sea, les cuesta reponer por el tema cambiario. En otro encuentro virtual un execonomista del BCRA confesaba que el “equipo económico” había perdido la pulseada frente al Instituto Patria (IP) al fijar los parámetros y metas del Presupuesto. Desde Hacienda marcaron una hoja de ruta de un déficit fiscal en torno al 2,5% del PBI (ya habían aflojado porque partieron de un 1,5%) pero el IP lo elevó a más del 4%. Quizás pensando en clave electoral y en que con el Fondo cualquier ajuste será en 2022. Pero del otro lado del mostrador las apuestas a cuándo devaluará el Gobierno se intensifican, concentrándose en fechas lejanas a los comicios. Piensan que habrá algo más de inflación pero la gente se olvidará del dólar. Mucha ilusión monetaria y astral. Respecto de las elecciones 2021 un analista recomendó seguir a Mendoza, Córdoba y Santa Fe porque serán clave para la definición del Senado. Lo que no gusta e inquieta es la reacción oficial a la toma de tierras y los sucesos del sur. Si bien ambos no están conectados . Lo de Mascardi y El Bolsón se encuadra en la problemática mapuche de Chile con otras dimensiones y donde la ausencia del Estado preocupa. Mientras que lo visto en GBA responde más a un negocio político y de ventas de lotes donde se enturbia la intervención de intendentes y de la Justicia. No solo se trata de un negocio la toma, sino también de votos. Todo muy penoso.
Fuente: ambito.com