El 31 de marzo finaliza el DNU de congelamiento de alquileres y no habrá una renovación. Cómo será el ajuste a partir de esa fecha
Está cada vez más cerca. En las próximas semanas, más exactamente el 31 de marzo, finaliza el congelamiento de alquileres y de ahí los aumentos que van a poner en dificultas más de un bolsillo.
Para aquellos que no hayan abonado el alquiler con las actualizaciones ni los montos de los últimos doce meses, ahora va a ser el momento de abonar las deudas teniendo en cuenta el ajuste correspondiente.
Si bien depende básicamente de cada contrato pactado y de lo que se haya pagado o no durante el último año, a partir del 31 de marzo un alquiler de un departamento de dos ambientes por el que no se abonó nada de aumento en los últimos 12 meses y por el que a principios del año pasado se pagaban $20.000 mensuales, si debía ajustar aproximadamente un 20% semestral, acumuló una deuda de $24.000 en el primer semestre y $28.800 en el segundo. Por lo tanto, es un total de $52.800, a lo que se suma el interés compensatorio que se rige por la tasa del plazo fijo del Banco Nación.
Según el decreto, está la posibilidad de pagar la deuda entre 3 y 12 meses. Entonces, luego del descongelamiento abonará los $28.000 por el alquiler mensual y $52.800 adeudados, que divididos en doce cuotas significan $32.400 por mes.
Si ese departamento abona hoy $5.000 de expensas, con el primer aumento tras la paritaria de los encargados deberá desembolsar $5.250. En total, un inquilino deberá pagar $37.250.
Inquilinos en apuros: así cambiará el negocio de alquileres
El anuncio del descongelamiento de los alquileres sorprendió a más de uno, y es que si bien era un paso necesario para iniciar la inscripción de los contratos ante la AFIP, se esperaba que este anuncio se diera recién para mayo.
En este momento, una de las mayores preocupaciones es que se abre también la posibilidad a desalojar a los inquilinos deudores, pero ante esto el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, aclaró que "no habrá posibilidad de desalojos sin mediación", y que se trabajará para asegurar la vivienda a las poblaciones más vulnerables.
Para los propietarios, esta medida es por demás positiva. "Las prórrogas hicieron que los inquilinos vayan acumulando deuda, algo que se volvió en contra de ellos. En muchos casos, además, hay arrendatarios que se adhirieron a los tres DNU, y entonces ahora los dueños no les van a prorrogar ni renovar los contratos. Entonces, los van a desalojar", advierte Enrique Abatti, presidente de la Cámara de Propietarios de la República Argentina.
Desde el otro lado del problema, Jorge Griselli, presidente de la Asociación de Defensa de Inquilinos (ADI), opina que "los inquilinos que se acogieron a los DNU va a ser muy difícil que puedan afrontar los montos que acumulados. Nada hace pensar que aquella persona que tuvo que adherirse al DNU porque no podía pagar en su totalidad el alquiler, pueda pagar adicionalmente un ajuste o una cuota para saldar su deuda".
La normativa establece que aquellos inquilinos que no abonaron, deberán pagar las diferencias acumuladas entre ese monto y el que correspondía pagar a partir de abril. Dicha diferencia podrá ser abonada en montos mensuales, iguales y consecutivas: tres como mínimo y no más de doce.
"Hoy, entre un 20% y un 25% de gente adeuda meses de alquiler. Si sumamos cuánto se debe de expensas, que es el otro ítem importante en un alquiler, la suba supera el 30% de la gente. Hay mucha gente que, al darse cuenta que no iba a poder afrontar esta situación, se ha retirado. También se da el caso del propietario que condona la deuda y sólo exige el pago de las expensas", refleja Miguel Di Maggio, director de la inmobiliaria Depa, lo que el sector está viviendo estos días.
Por su rol dentro de la industria, Horacio Ludigliani, arquitecto y desarrollador, asegura que "el principal interesado en resolver la deuda y ajuste es el inquilino, que es el que necesita previsibilidad y sabe que si no lo resuelve satisfactoriamente para el propietario, quedará afuera al momento de la renovación en un mercado en el que prácticamente no hay oferta".
Del mismo modo, las inmobiliarias fueron afectadas al "no poder cobrar los honorarios del inquilino", añade.
Para Ludigliani, "en el último año el ataque a la propiedad privada fue sostenido. Y la inseguridad jurídica arbitraria asusta a los propietarios, que apuran el paso para vender e invertir en plazas más seguras, o directamente mudar sus negocios a otro país, como Uruguay y Brasil donde hasta podrán cobrar sus alquileres en moneda dura".
Reforma profunda
Por su parte, Oscar Puebla, de Puebla Inmobiliaria, sostiene que "la necesidad de reglamentar el tema de inscribir los contratos de locación va a dar una idea de las propiedades que están alquiladas. Ahora bien, que eso genere la solución al problema habitacional es imposible".
Para este especialista, el verdadero problema es otro. "Según una estadística, el 85% de los inquilinos está pagando. Eso significa que la gente que puede pagar no va a dejar de hacerlo. Los propietarios que tienen contratos firmados van a seguir bancando a un inquilino que les pague antes de meter a uno nuevo. Pero el problema está en los nuevos contratos, los inquilinos nuevos y la nueva ley".
"El 31 marzo nos vamos a encontrar que la gente que no paga va a tener que ver cómo lo hace; habrá mediaciones, se van a poner de acuerdo las partes, pero no van a haber nuevas propiedades en alquiler. Las cámaras inmobiliarias están buscando un plan que ayude a la gente a pagar pero de ahí a que salga eso falta mucho", agrega Puebla.
Por último, el asesor inmobiliario Daniel Zampone, asegura que "el tema es no ir poniendo pequeños parches de emergencia sino dar soluciones de fondo. El tema créditos es clave. La mejor regulación es que haya crédito para que un inquilino tenga la posibilidad de pasar a ser propietario".
Fuente: iprofesional.com