Los más diversos protagonistas de la vida política del país se han sentido reafirmados en sus propias ideas con los resultados de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del último 11 de agosto.Los allegados al kirchnerismo están convencidos de que son el anticipo de su próximo triunfo en las elecciones de octubre.Los aliados radicales del gobierno dicen que ha ocurrido una catástrofe, que atribuyen a la política económica del presidente. Los colaboradores más cercanos del presidente, en cambio, creen que de aquí a octubre estos resultados se pueden revertir. Incluso Lavagna se siente reafirmado en sus esperanzas, y reitera que el retroceso del gobierno al que le abre oportunidades es a él, como candidato de los que rechazan la perspectiva de un retorno de Cristina.
Entre los allegados al kirchnerismo prevalece la euforia: aunque se muestran preocupados por la economía, están convencidos de que son el anticipo de su próximo triunfo en las presidenciales de octubre.
En el oficialismo se reaviva la controversia entre los aliados radicales del gobierno y el círculo originario de los colaboradores del presidente : Los allegados al radicalismo han expresado que se ha producido una catásstrofe, y desempolvaron sus reclamos de hace varios meses de que el gobierno abandone o, al menos, flexibilice sus planes de saneamiento fiscal -que ellos llaman,despectivamente "ajuste"-, para retomar -aunque con respeto por la ley y transparencia-, algunas políticas económicas más parecidas al intervencionismo desarrollado en la era K. El círculo íntimo del presidente, en cambio, confía en la relativa indiferencia que al experto Jaime Durán Barba le habrían producido estos resultados, y recuerdan la falta de efectos de las PASO sobre los resultados de las elecciones posteriores.
Pero, ¿cuánto fundamento tiene toda esta conmoción?Naturalmente, los resultados de las PASO producirán varias semanas de turbulencia: caida de activos, saltos cambiarios, suba de tasas, postergación de decisiones, etc., etc., etc.. Pero, ¿ realmente pueden afectar la perspectiva de las elecciones de octubre? Hay razones para dudar.
Hemos advertido en una nota anterior -26-6-2019- que en las anteriores elecciones presidenciales de 2015 el macrismo también había sido superado en las P.A.S.O., y dos meses después, triunfó en las presidenciales.
Los resultados de las P.A.S.O. de aquel año no se habían mostrado confiables para predecir los de las presidenciales por varias razones.
La primera es que, -al igual que entonces-, la participación de las P.A.S.O. era de unos dos millones de votos menor que la que se registra en las verdaderas elecciones. Un sector significativo de votantes, especialmente mayores de sesenta años, no se interesan en participar de las P.A.S.O. pero concurren a las presidenciales.
La segunda, en línea con la anterior, es que, ese sector de votantes reacio a participar en las P.A.S.O., se ha mostrado significativamente más proclive a votar al oficialismo que a la oposición, y hay estudios que sugieren que continúan manteniendo esa posición prevaleciente.
La tercera razón que mencionamos entonces era que la popularidad de los presidentes argentinosestá fuertemente atada a los escenarios económicos mundiales,por su impacto directo en nuestra actividad económica, en un contexto en que venimos de una cosecha record y un escenario mundial favorable, que permite prever que -si no aparece ninguna anomalía internacional-la reactivacion que ya ha comenzado en el complejo agroindustrial, debería seguir extendiéndose al resto de la economía.
Pero, si la continuidad de la actividad económica es tan importante para las posibilidades del gobierno en octubre,¿Qué efectos puede tener la conmoción sobre los escenarios económicos que, en los próximos dos meses decidirán verdaderamente en el resultado de las verdaderas elecciones presidenciales?
Esto dependerá, al menos en parte, de cuál vaya a ser el diagnóstico y la reacción del presidente ante la situación.
Los reclamos de los radicales y de una parte de lo que se conoce como el ala política del gobierno, -hay que entenderlo-, se inscriben en el contexto de una tendencia cultural -muy arraigada en gran parte de nuestra clase media-a creer que lo que mueve la economia es el gasto público. Son los que en la charla cotidiana dicen "el gobierno le tiene que poner más plata en el bolsillo a la gente". Son también los que sintieron que fue una injusticia que les restrinjan los subsidios al gas natural que reciben en sus departamentos urbanos.
Es notable lo desactualizadas que son estas creencias.Ya hace cuarenta y cinco años -con el premio Nobel al economista Milton Fridman´- quedó demostrado con enormes soportes estadísticos que examinaron las experiencias de decenas de países, que la inflación es un fenómeno monetario: si en un país la cantidad de billetes se multiplica más que la cantidad de bienes y servicios que se negocian en un país cualquiera, lo que sucede es que hace falta cada vez más billetes para conseguir las mismas cosas.
La idea de que el gasto público reaviva la economía -que hizo famoso a John Maynard Keynes en la década de 1930-solamente funcionó en situaciones en que -como la crisis mundial de 1929-, el problema consistía en que una demasiado alta tasa de interés había llevado a que no circulase suficiente dinero para la disponibilidad de bienes y servicios que existían en varios países industrializados.El propio Keynes advertía que, cuando la economía se recuperaba, el estado debía reducir estos gastos y recuperar con impuestos los billetes que había volcado a la economía.
La experiencia mundial demostró hace décadas que si los gobiernos pretenden cubrir las pérdidas del estado por exceso de gasto público con emisión de billetes, lo que generan es la inflación, y que cuando se desata la inflación, se produce un efecto de empobrecimiento del poder adquisitivo de la gente, sobre todo, de los que dependen de un sueldo fijo -que no pueden cambiar así nomás el precio de lo que ofrecen-.El resultado no es la reacativación de la economía, sino la recesión con inflación, que en la jerga de los expertos se llama "stanflación".
Como demuestran los informes especializados que presentamos en nuestra nota anterior, la crisis de 2018 fue el resultado diecto del fracaso de las exportaciones del complejo agroindustrial debido a la sequía del año anterior. Por el contrario, los radicales Creen que la crisis que se inició en el 2018 se debe al ajuste y no al fracaso de la cosecha .
Si el gobierno mantiene su actual proceso de saneamiento fiscal que ya ha comenzado a reducir la inflacion y acompaña la reactivación de la economía favorecida por los escenarios mundiales, hay razones para sostener que las posibilidades electorales del oficialismo mejorarían paralelamente a la mejora de la economía.
Si, por el contrario, y contra lo que ha venido haciendo, sucediera que el presidente abandona su actual curso de acción y cede a las presiones de sus aliados, el deterioro esstructural que un aumento del gasto público produciría sobre la situación fiscal y su consiguiente secuela inflacionaria, diluiría en poco tiempo las posibilidades que le quedan al presidente.
Pero,aún si el presidente se mantuviera firme, ¿cómo hace el gobierno para revertir la diferencia obtenida por la fórmula opositora?
En principio, es interesante recordar que el 47% obtenido por los Fernández el último domingo, que es presentado por propios y contrarios como un triunfo arrasador, está dos puntos por debajo del porcentaje que había obtenido Scioli en las presidenciales definitivas de 2015.En aquellas elecciones, Daniel Scioli había alcanzado el 49% de los votos.
En otras palabras, si el presidente se mantiene firme, tiene posibilidades de reunir el mismo caudal electoral que le dió el triunfo en 2015; si cede a las presiones, estaremos a las puertas de un rebrote inflacionario difícil de controlar, porque, además de perder las elecciones, el gobierno que lo reemplazaría, tiene muy pocos consensos internos en adoptar medidas antiinflacionarias verdaderamente estructurales.
Pero, en el escenario actual, al gobierno de Macri, ¿le alcanza con esto?
Por Gregorio Halaman
Abogado y analista conductual, profesional principal del Programa de Instituciones Políticas Fundamentales adscripto al Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Dr.Ambrosio L. Gioja” UBA-CONICET, investigador principal del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad del Salvador y profesor adjunto de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Desde hace más de treinta años es analista político para consultoras nacionales y extranjeras, para las que ha realizado más de trecientos informes de coyuntura.