La delicada situación socioeconómica en que se encontraba la Argentina a comienzos de este año se ha visto fuertemente agravada por decisiones políticas que tienen un sustento científico extremadamente discutible, y que producirán graves consecuencias no sólo para la situación socioeconómica sino también para la salud de la población.
Por Gregorio Halaman
Aquí están los siete supuestos en que se basan las políticas del gobierno para encarar la epidemia de corona virus-covid 19, y aquí también mostramos una cantidad de informaciones científicas públicamente conocidas en el mundo que cuestionan seriamente los fundamentos de las decisiones oficiales.
Distorsión 1."este virus es extraordinariamente mortal"
En principio, existen fundadas sospechas sobre los métodos de medición de la mortalidad del virus. El epidemiólogo, especialista en prevención de enfermedades, experto en análisis estadístico de datos biomédicos, codirector del Centro de Innovación y Meta investigación de la Universidad de Stanford, California, John P. A. Ioannidis, advierte que, como la mayoría de los sistemas de salud del mundo tienen una capacidad de prueba limitada, los pacientes que han sido evaluados son desproporcionadamente aquellos con síntomas y malos resultados, y destaca que una cantidad de investigaciones han demostrado que la cantidad de personas infectadas es muchas veces mayor que la registrada en las estadísticas oficiales -del 11 al 14 por ciento en poblaciones italianas, y hasta del 25 por ciento de la población de Nueva York, lo que sugiere una proporción{on mucho más alta que el promedio de 1,7 de los promedios oficiales y menos aún el 3,4 por ciento que supone la Organización Mundial de la Salud-. El biólogo especialista en virología y farmacéutico argentino, ex funcionario del Ministerio de Salud de Francia, Pablo Goldschmidt, en una disertación ante el Centro de Profesionales Farmacéuticos de aquel país la semana pasada, ejemplifica la falta de sustento de las cifras de la OMS en que se suelen basar los gobiernos, cuando señala que algo no cierra si, en países con sistemas de cobertura social de primer mundo los números oficiales dicen que en Bélgica hay 797 fallecidos por millón, en Alemania, 100, y en Australia, 4, mientras países africanos conocidos por su precariedad sanitaria registran cifras por debajo de 10.
Ambos especialistas coinciden con los resultados de otros investigadores sobre la desproporción de las alarmas oficiales por el covid 19 en comparación con las epidemias anuales de gripe, e insisten en que esa mortalidad afecta unas treinta veces más a los grupos de riesgo y en muy escasa medida al resto de la población. Tanto Ioannidis como Goldschmidt subrayan que, si se toma en cuenta la gran cantidad de casos sin síntomas que no son detectados por las estadísticas oficiales, y se los compara con las cifras de fallecidos, el covid 19 tiene una tasa de mortalidad muy inferior, comparable a la de una epidemia de gripe o tal vez menor aún. Por su parte, una investigación del CIBERESP y la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Barcelona, realizada en conjunto con las agencias de salud de Barcelona y de toda Cataluña, coordinada por la subdirectora del CIBERESP, la investigadora principal Dra. Ángela Domínguez, publicada en 2018 por la revista médica internacional Plos One y difundida desde febrero de 2019 eb ek sitio español Médicos y Pacientes, confirmó que las epidemias habituales de las diversas cepas de gripe A y B totalizan cerca de 650.000 muertos por año.
Las estadísticas argentinas también confirman que la mortalidad por gripe es abrumadoramente superior a la cifra de fallecidos por el covid 19 en nuestro país. Una investigación que abarcó un período de quince años, entre 2002 y 2016, realizada por los Dres Elena Sarrouf, Reinaldo Souza Santos y Osvaldo Goncalvez Cruz, publicada en la Revista Panamericana de Salud Pública, también en febrero de 2019,comprobó que, de los 4.691.147 fallecimientos registrados en nuestro país durante aquellos quince años, nada menos que el 15,2 por ciento murieron por diversas patologías respiratorias, entre los cuales, un 6,4 por ciento , o sea 301747, específicamente por cuadros gripales. En otras palabras, en la Argentina mueren alrededor de veinte mil personas por año a causa de cuadros gripales, sin que nadie hubiese concebido jamás la idea de cerrar la actividad del país, a pesar de que -como consta en ese trabajo científico con lujo de detalles-, los grupos vulnerables son exactamente los mismos que los que hoy se señalan para covid 19: mayores de sesenta y cinco y pacientes con factores de riesgo respiratorio preexistentes.
Dicho de otra manera: no hay evidencia científica de que el covid 19 sea más mortal que la gripe que tuvimos el año pasado. Incluso hay importantes investigaciones que confirman que la gripe provoca más muertes.
Distorsión 2. "ha aumentado la cantidad de casos"
Las conocidas dificultades que hay para calcular la cantidad de casos en el mundo, debido a la enorme cantidad de gente portadora que no tiene síntomas deberían invitarnos a la prudencia antes de apresurarnos a hacer anuncios.
Las dudas sobre los discursos oficiales que nos hablan de lo fulminante de la epidemia en la Argentina se acentúan todavía más si recordamos que todavía hay situaciones que fueron muy meneadas y que después nadie se animó a verificar.El viernes 3 de abril pasado, cientos de miles de jubilados se arremolinaron alrededor de los cajeros automáticos del conurbano bonaerense para cobrar sus magros haberes; políticos, intelectuales y periodistas, se horrorizaron ante que veían como el comienzo del desastre, y hablaban de consecuencias terribles; pasaron largamente los quince días en que se supone que debía incubarse la enfermedad entre los que osaron contravenir la cuarentena oficial... y no tenemos ninguna evidencia de que entre esas personas hubiera habido un aumento de la mortalidad. Es más: con sólo hacer un seguimiento de esas personas basado sencillamente en los números de documento de los que hicieron extracciones en los cajeros se hubiera podido verificar, y no hay noticia.
Una cosa es segura: la cantidad de casos detectados depende de la cantidad de testeos -Chile parecía tener más casos que nosotros porque testeó diez veces más que nosotros-; casualmente, el aumento de los casos en la segunda mitad de mayo coincidió con la introducción de una ola de testeos con los insumos traídos de China.La detección de más casos en barrios populares se produce recién cuando las autoridades van a testear casa por casa en esos barrios.
En otras palabras, lo que aumento han sido los testeos.
Distorsión 3. "salir a la calle es peligroso"
Dos investigaciones realizadas estudiando una gran cantidad de situaciones han confirmado que el contagio del covid 19 se produce principalmente entre personas que permanecen mucho tiempo juntas en espacios cerrados. Un estudio realizado conjuntamente por la Universidad Tsing Hua de la capital china, la Universidad del Sudeste, de la ciudad de Nanjing, y por la Universidad de Hong Kong, que analizó la circulación del virus a lo largo de trecientos dieciocho brotes producidos en todo el territorio chino, coincide con los descubrimientos de un estudio similar, realizado sobre once brotes en Japón, en el sentido de que el riesgo de contagio de corona virus es diecinueve veces mayor en espacio cerrados que al aire libre: casi el ochenta por ciento de los contagios se habían producido en el hogar.
Los resultados no sorprendieron a los especialistas. El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clinic de Barcelona, Dr. Alex Soriano y el jefe de similar servicio en el Hospital Vall d'Hebrón, de la misma ciudad, coincidieron en explicar al diario socialista La Vanguardia del 26 de mayo pasado que , para que se produzca un contagio no basta con que pase un único virus de una persona a otra; explican que tiene que pasar una cantidad suficiente para iniciar una infección,, cantidad que, en la jerga se conoce como "dosis infectiva mínima"; si el viento dispersa el virus, la probabilidad de que se transmita una dosis peligrosa del corona virus se reduce; por eso -coincidieron ambos especialistas-, en una playa el riesgo de contagio es improbable, aunque la playa estuviese concurrida.
Esa parece ser la explicación de porqué los países que más se aferraron al modelo de cuarentena masiva que eligieron nuestras autoridades, como Italia,Francia y España fueron los que registraron la mayor y no la menor cantidad de muertos por covid 19. La hipótesis se reafirma cuando recordamos que casi la mitad de las muertes en esos países se produjeron entre personas confinadas en geriátricos. La edad de estas víctimas, que las autoridades italianas intentaron mencionar como justificación no explica las muertes: en la vecina Alemania, la mortalidad de las personas en esa misma franja de edad es insignificante, pero resulta que allí los adultos mayores suelen vivir solos, y no amontonados en geriátricos.
En otras palabras: no hay evidencia científica de que quedarnos en casa todos juntos protege nuestra salud. Muy por el contrario, hay varios estudios serios que muestran que es la peor situación de contagio.
Distorsión 4. "el mejor método es la cuarentena"
Los resultados de las investigaciones que mencionamos recién, y que demostraron que en condiciones de convivencia en espacios cerrados el riesgo de contagio de corona virus se multiplica casi veinte veces dejan muy mal parada esa recomendación.
Dicho de otra manera: no hay evidencia científicamente válida que apoye la idea de que encerrarse en cuarentena protege mejor la vida de las personas que circular al aire libre.Muy por el contrario, hay estudios importantes que demostraron todo lo contrario.
Distorsión 5. "esta es la solución adoptada en todo el mundo"
Como ya lo adelantáramos en nuestra nota anterior, en el mundo se están desarrollando por lo menos tres modelos distintos de cómo enfrentar la epidemia. Los asiáticos eligieron uno que consiste en detectar y aislar a los infectados; los países de la Europa latina y de la América Latina eligieron el modelo de cuarentena a toda la población; y los países nórdicos, como Suecia, eligieron no aislar a nadie y recomendar cuidados especiales a las personas en situación de riesgo.
La elección de modelos distintos al que elegimos nosotros no se reduce a lejanos países exóticos. Apenas enfrente nuestro, en Uruguay se ha optado por la no cuarentena, muy al modo sueco. Se limitaron a prohibir las multitudes -suspensión de clases, espectáculos masivos o fiestas multitudinarias, y aún así, están por recomenzar las clases- .
Para que quede claro: el mundo no eligió la cuarentena; apenas fueron aquellos países que siguieron el modelo de Francia,Italia y España.
Distorsión 6. "no adoptar la cuarentena conduce a miles de muertos"
Las estadísticas acumuladas hasta el momento indican que los países que optaron por nuestro modelo de cuarentena han sido los que registran la mayor proporción de muertos en sus poblaciones. La presentación de los datos bajo la forma de simples cantidades de muertos hace aparecer a Estados Unidos o Brasil como los más afectados, sin tomar en cuenta la cantidad total de habitantes que tienen dichos paises. Si revisamos, en cambio, qué proporción de la población de cada país ha sido afectada, podremos tener un criterio de cuál de los modelos en uso se ha mostrado más exitoso para su propia población: 100.000 muertos en un país de 300 millones de habitantes, como los Estados Unidos es un 0,03 por ciento de la población; 33.000 en un pais de 60 millones de habitantes, como Italia, significan que el modelo italiano provocó la muerte del 0,05 por ciento de sus habitantes; casi el cincuenta por ciento más de proporción de muertos.
Mientras tanto, los paises que no eligieron el modelo que seguimos nosotros muestran siempre mejores resultados. En China -tan criticada por los europeos-, la proporción de sus 3.300 muertos con sus 1.500 millones de habitantes es de apenas un insignificante 0,00022 por ciento;Corea del Sur -una democracia ejemplar a quien nadie puede acusar de ocultar datos, como insisten los europeos con China-tiene apenas 269 fallecidos sobre una población de 52 millones de habitantes , lo que quiere decir que su modelo sólo les produjo un 0,00051 por ciento, casi tan insignificante como China. Y Suecia, que no adoptó cuarentena, ni paralizó su economía, tiene cuenta 4.266 fallecidos en una población de 10 millones, lo que significa que 0,04 por ciento, es decir que el modelo sueco no será tan eficaz como el asiático, pero sin cuarentena tiene menos proporción de muertos que los paises que paralizaron sus economías, como Francia, Italia o España.Nuestro vecino, el Uruguay, al que nadie puede clasificar como cultura exótica que nosotros no podamos imitar, tiene apenas 22, -sí, veintidós, no es un error de tipeo-, que significa un 0,0007 por ciento de sus tres millones de habitantes, casi un porcentaje asiático.
En palabras sencillas: no hay evidencia de que no adoptar la cuarentena masiva que elegimos conduzca a los miles de muertos que previene el gobierno. Muy por el contrario, las cifras muestran que a los que siguieron otros caminos, no sólo preservaron mejor sus economías, sino que protegieron mejor la salud y la vida de sus habitantes. Si el presidente y su equipo asesor tuviesen razón no se entiende cómo Uruguay no está lleno de cadáveres.
Distorsión 7. "la crisis es producto de la pandemia, no de la cuarentena"
Todas las evidencias que hemos presentado hasta aquí muestran la falta de sustento de los supuestos en que se basa la política de cuño europeo-latino que elegimos para enfrentar la epidemia del corona virus. Quede claro que no hablamos de profetas estrafalarios que denuncian conspiraciones mundiales ocultas, sino del resultado de investigaciones académicas, realizadas en instituciones científicas oficiales de los más diversos países y cuyos datos están publicados a disposición de toda la comunidad científica y del público en general -así como las recopiló el autor de estas líneas, las personas que están leyendo pueden buscar los mismos datos en las fuentes señaladas, y se encontrarán con detalladas publicaciones, que les explican los métodos y los resultados obtenidos-.
De manera que la caida en la producción, el empleo, el salario y el consumo, y sus consecuencias recesivas sobre la economia del pais no pueden considerarse como resultado de suposiciones que no encuentran confirmación; son el resultado del modelo que hemos elegido.
En este sentido, resulta especialmente infundada la apreciación formulada por el sr. presidente en su discurso en la reinauguración de la planta de Toyota en Zárate ayer 27 de mayo, cuando llegó a afirmar que no haber adoptado la cuarentena habría significado que las empresas no podrían hoy abrir sus puertas porque muchos de sus obreros estarían muertos: ya hemos visto los alcances reales de la epidemia y los grupos más afectados,¿la planta de trabajadores de Toyota Zárate está compuesta de habitantes de geriátricos, o hipertensos, obesos y pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que constituyen los grupos de riesgo?
Comentario final:
No somos partidarios de teorías conspiranoicas. La opción por la cuarentenización masiva de la población no puede considerarse como el producto exclusivo de la maldad esencial de un equipo de gobierno; es una opción a la que nos empuja -como dijimos en nuestra nota anterior- el miedo existencial al que conduce la sensación de fragilidad del ser humano que es tan característica de todas las culturas latinas. De hecho, la idea es acompañada por nuestra comunidad académica y por nuestros intelectuales y periodistas, incluyendo a los más incondicionales opositores del actual presidente.
Por lo tanto, que nadie se llame a engaño pensando que un gobierno de otro color político hubiera podido impulsar políticas demasiado diferentes a las actuales. Si lo hubiera intentado, la presión de toda una sociedad selo hubiese impedido.
Esto es importante para los tomadores de decisiones. Las perspectivas socioeconómicas que nos esperan son mucho más que las políticas de este gobierno: son el fruto de una visión cultural distorsionada que nos mantiene desde hace décadas en el fracaso, hasta que adquiramos más confianza en nuestras propias capacidades.
El autor es consultor en análisis político, profesor adjunto regular de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, profesional principal del Programa de Instituciones Politicas Fundamentales en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales "Dr. Ambrosio A. Gioja" UBA-CONICET e investigador principal del Instituto de Investigaciones Jurídicas FCJ-USAL.