La habitual aceptación de las exigencias de la vicepresidente Cristina Fernández por parte del presidente, -en materia de decisiones de política económica y de designación de altos funcionarios-, ha dejado perplejos a numerosos analistas y tomadores de decisiones
Algunos interpretan la situación como una derrota del presidente en su interna con el kirchnerismo duro: son los que ahora dicen que la caída del ahora ex ministro Guzmán ha sido la derrota final del presidente en esa interna. Otros se empeñan en sostener que los debates entre presidente y vice son solamente una simulación, una coreografía calculada para distraer a la opinión pública mientras avanzan asociados en sus planes estratégicos.
Sin embargo, todo parece indicar que no estamos ante ninguno de esos supuestos escenarios, sino ante una curiosa estrategia del presidente, con la que persigue limitar el poder político de la vice para destituirlo, mientras se profundiza la crisis del país.
No es verdadera subordinación
Los planes de la vicepresidente Cristina Fernández y los del presidente Alberto Fernández sobre el manejo del poder político se contrapusieron desde el comienzo.
- El plan de Cristina
El plan original de Cristina Fernández cuando promovió la candidatura de Alberto Fernández tenía dos pasos:
El primer paso tenía a su vez tres aspectos: consistía en que Alberto Fernández, como presidente:
a) se haga cargo de las medidas más inevitables del ajuste económico, -como la firma de acuerdos con los bonistas privados y con el FMI-
b) le ayude a desembarazarse de las causas judiciales que la investigan -por medio de reformas judiciales, presiones oficiosas a los jueces o a través de indultos-.
c) que, como consecuencia, quede desacreditado ante las bases del propio Frente de todos por los acuerdos y sin apoyo de la oposición por los apoyos a la situación judicial de Cristina.
Y El segundo paso iba a ser que, cumplidas aquellas tres metas
a) movilizar a la militancia reclamando la renuncia del presidente;
b) asumir Cristina como presidente.
- El plan de Alberto
El presidente es perfectamente consciente del plan de la vice, y, para contrarrestarlo, tiene su propio plan, que tiene dos estrategias simultáneas:
La primera de esas estrategias ha sido no tomar ninguna medida contundente para desembarazarla de esas causas judiciales:
a) El presidente de tanto en tanto ha venido haciendo sonoras declaraciones contra el funcionamiento del poder judicial, contra la Corte Suprema y contra los jueces federales que investigan a la vice, -que, por cierto, indignan a los defensores de las instituciones republicanas-,pero en realidad,
b) más allá de esa retórica antijudicial, Alberto Fernández no impulsó ninguna de las medidas que clásicamente los presidentes argentinos han utilizado exitosamente para someter a la justicia, ni siquiera cuando estaba en el auge de su imagen positiva y contaba con una mayoría parlamentaria propia y con un encierro general de la población durante la súper cuarentena que impuso al país: no aprovechó esa etapa para promover la destitución de todos o algunos jueces de la Corte ni de la justicia federal -como hizo Duhalde cuando la justicia no quería convalidar la pesificación-; tampoco movilizó operadores judiciales oficiosos que disuadan o presionen a los jueces para poner fin a las causas penales contra Cristina Fernández, y tampoco la indultó, pese a que desde hace exactamente cien años, la Corte Suprema ha reconocido a los presidentes argentinos la facultad de indultar a procesados sin sentencia, con tal de que no se trate de delitos de lesa humanidad.
c) su último gesto de presentar un supuesto proyecto de ampliación de la Corte para crearse una mayoría propia que rescate a Cristina es igualmente inocuo para esos fines: presentó ruidosamente un proyecto para ampliar a veinticinco la Corte, cuando es sabido que no cuenta con los dos tercios del Senado para designar a esos supuestos nuevos integrantes; de la Corte que puedan anular los juicios contra Cristina.
La segunda estrategia del presidente para anular el plan de Cristina contra él consiste en no posibilitarle que se despegue de los costos políticos que tenga que pagar el gobierno:
a) por eso contesta las críticas de Cristina y sus seguidores repitiendo que él y Cristina son lo mismo, que defienden los mismos intereses, las mismas políticas, etc., etc..
b) por eso también es que acepta las intervenciones de Cristina Fernández para destituir o designar funcionarios y para cambiar políticas.
c) en síntesis, el plan de Alberto es que, si su gobierno se hunde, que Cristina quede asociada y se hunda con él.
Por eso no es una pelea simulada
Cristina Fernández, a su vez, es perfectamente consciente del juego del presidente. Le preocupa que a más de dos años, sus causas judiciales continúan su trámite, y le produce irritación que, cada vez que ella trata de despegarse de la gestión del presidente, él se proclama su más fiel seguidor y toma medidas que parecen ordenadas por ella.
El problema son los costos.
El verdadero problema aquí no es quién de los dos -Alberto o Cristina- ha derrotado a quién; el problema real es que, mientras ellos dedican sus principales energías a anularse mutuamente, el país se aproxima a una crisis económica de agotamiento de reservas del Banco Central y crisis de deuda pública similar a las que padecimos en 1975, 1981, 1989 o 2001, con su previsible secuela de estallidos inflacionarios, recesión y crisis sociales y políticas.
Por Gregorio Halaman
El autor es abogado y analista conductual, consultor en análisis político para clientes nacionales y extranjeros desde hace más de treinta años, profesor adjunto regular de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, profesional principal del Programa de Instituciones Politicas Fundamentales en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales "Dr. Ambrosio A. Gioja" UBA-CONICET e investigador principal del Programa de Estudios Presidenciales en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Facultad de Ciencias JurídicasUSAL-CONICET. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.