La realidad detrás de esa locución, “Don me da una ayudita”, es más compleja, y un tanto más cruda para el que la subsiste. Algunos, podrán justificarse en el facilismo de desconocer o no ser responsables de la situación que observan. Pero, para los entendidos en materia de derechos, el fundamento será más espinoso o distintivamente indiferente. Sin embargo, no es necesario saber las leyes o conocer la economía del mercado, para visibilizar que algo no funciona bien en la distribución de la riqueza, cuando hay más gente en la calle buscando cómo alimentarse que en las fábricas trabajando. Pero, reconocer la desigual de la distribución de la riqueza de un estado, es dar la razón a que existen otros, que no están en pie de igualdad, pero tienen los mismos derechos. “Ellos” no pudieron tener las mismas posibilidades: de educación, vivienda, trabajo, o formación que “Nosotros” pero en efecto, “ellos y “nosotros” somos lo mismo, iguales, todos somos ciudadanos de un único estado. Ya que, el art 16 de la Constitución Nacional Argentina “todos sus habitantes son iguales ante la ley”, no se admiten prerrogativas de sangre, ni de nacimiento, no hay en ella fueron personales, ni títulos de nobleza. A veces, conocer puede ser una carga, cuando comenzamos a reconocernos en igualdad.
En este contexto, se llevó adelante en Facultades de Derecho (FDER)de Rosario, los días miércoles 26 , jueves 27, y viernes 28 el I Congreso de Derechos Humanos de América Latina. El día viernes, diserto en la FDER, la Dra. Alejandra Rodenas, vice gobernadora electa de la provincia de Santa Fe, junto a la abogada especialista en derecho Administrativo, coautora de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de nuestro país. La Dra. Graciana Peñafort, participo en una de las mesas de debate “Neoliberalismo y República” donde fue recibida por un aula colmada de estudiantes y seguidores, en el primer piso de la FDER. Peñafort, rompió el hielo hablando de la diferencia entre los conceptos de dictadura y estado de derecho, y dijo: “La diferencia sustancial entre una dictadura y un gobierno democrático es la existencia de un estado de derecho. Un estado, que actúa de manera respetuoso hacia las leyes. Así, cuando una persona no cumple las leyes es un incumplidor, comete un delito, ahora cuando un estado, es el que no cumple sus propias leyes, lo que esta afectando es su propia naturaleza. Ya que, el origen y la razón de ser del estado es la ley. El estado, es el garante de que las leyes se cumplan, sino cumple afecta su propia condición de ser, y de esa manera desaparece el estado de derecho”.
En contrapartida, el Neoliberalismo, es un conjunto de ideas políticas y económicas capitalistas que defiende la no participación del Estado en la economía, dejando fuera cualquier injerencia gubernamental, fomentando la producción privada con capital único sin subsidio del gobierno”. Por lo tanto, todos los aspectos de la vida de una sociedad están subordinados a las leyes de mercado y su base es la no intervención del Estado en asuntos jurídicos y económicos. Las políticas neoliberales son parte de un nuevo orden jurídico mundial, que acaba resignando la soberanía de los estados por políticas económicas que al fin de cuentas imparte el propio mercado. De este modo, el neoliberalismo, presume que todo está a su alcance, que no existen cosas, ni derechos, ni leyes, ni garantías que logren escurrirse de obtener un valor en dinero, dentro de su lógica oferta- demanda. Frente a esta situación, Peñafort pregunto: ¿Cuánto vale para ustedes su libertad, por cuanto entregarían su libertad? Como no hay precio para la libertad tampoco lo hay para los derechos laborales, cuánto vale el derecho a huelga, los derechos no tienen un valor económico, si puede ser medido su ejercicio en magnitudes económicas.” Para la doctora, “el neoliberalismo en término económicos y en términos de derechos es una ficción, que demostró sus resultados en el año 2001 dejando un estado desbastado.” Para Graciana, “El neoliberalismo, no es solo una estrategia de mercado, los neoliberales creen que los derechos son perfectamente negociables. Vos podés entregar un kilo de papa por un valor determinado, para el neoliberalismo vos también podés entregar un kilo de derechos por un precio en el mercado”.
El termino de República, en su concepción etimológica alude a Res Publica: la cosa pública. La división de los poderes los poderes, ejecutivo, legislativo y judicial dentro de la república permitió como añade Peñafort: “tener una atribución de responsabilidades de distintas personas, donde los poderes funcionan de manera independiente y coordinada”. Aunque, el problema, de la republica en el siglo XXI, es la incumbencia irreverente de los diferentes poderes inmiscuyéndose en materias que no son de su origen, ni función, como es el caso de la politización del poder judicial o la legislación del poder ejecutivo, “El poder es como un agujero negro que quiere más poder” sentencio Graciana.
El encuentro tuvo muchos momentos de emoción, ya que Peñafort se refirió a varios temas que palpan el alma y el corazón de cualquier argentino, como la crisis del 2001, los Juicios de Lesa Humanidad, y El atentado a la AMIA con el Memorándum de Irán. Uno de ellos, logro erizarme el cuerpo, mientras el frio recorría mi pecho, sentí dolor, injusticia, hasta rabia, no lo pude evitar será la edad. Pero, mis lágrimas brotaron con su relató, “Los que se marchan de Omelas”, de Úrsula K. Le Guin. Graciana lo conto así: “Es la historia de un pueblo que era perfecto, porque todos son felices, viven muchos años, no existen las enfermedades, no existe el hambre, la pasan genial todo es una fiesta en Omelas. Pero, Omelas esconde en el subsuelo, de un edificio público de la ciudad, un niñito que está encerrado, sucio, con el cuerpo escoliado, y rodeado de excremento, porque ese niñito concentra todos los horrores de Omela. Todos son felices, porque ese niñito sufre. El cuento termina diciendo que no todos los habitantes de Omelas aceptan que ese niñito sea el costo de su felicidad y por eso abandonan Omelas”.
En la argentina, el estado de derecho parece ser una metáfora, una poesía de Cortázar rayada, donde las palabras que no encuentran verbos en la realidad de derechos que ya están legislados. Mientras, los poderes del estado, se encuentren ensimismados en una guerra de poder, los habitantes somos rehenes de las políticas económicas que imparte el mercado, vendiendo nuestros honorarios al mejor postor concentrado. Existe, en el arbitrio de las negociaciones, entre los gobernantes liberales y el mercado, personas que pierden: el empleo, la dignidad, un valor, una casa, un principio, la familia. Y, conquistados por la pobreza, el olvido, el odio pagamos con la vida de algún ciudadano. Regresando al principio, en este final reiterado, asociado al liberalismo más montuoso e inhumano, del que fuimos participes al encender el espiral Raid, ignorando que éramos los mosquitos de esa noche de verano. La panacea, será recordar a los olvidamos, que hoy nos piden ayuda, en algún suburbio o subsuelo, mientras la distribución de la riqueza es injusta y discriminada. Ya que, Todos somos parte del art 17, la elección será el camino que tomemos en la sapiencia de saber hacia dónde vamos.
Todos en Omelas saben que el niño está allí, pero algunos luego de visitar al niño les sucede que: “… permanecen silencioso durante uno o dos días, y luego abandonan su hogar. Esas gentes salen a la calle y avanzan, solitarios, a lo largo de ella. Siguen andando y abandonan la ciudad de Omelas. Todos ellos se van solos, chico, chica, hombre o mujer. . Y abandonan Omelas, se sumergen en la oscuridad, y no vuelven nunca. Para la mayor parte de nosotros, el lugar hacia el cual se dirigen es aún más increíble que la ciudad de la felicidad. Me es imposible describirlo. Quizá ni siquiera exista. Pero, sin embargo, todos los que se van de Omelas parecen saber muy bien hacia dónde van.”
Y, la verdad, yo no quiero vivir en Omelas.
Por Manuela Ports