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Me cuesta ordenar los sentimientos para traducirlos al papel, expresar algo que más un decir, es un sentir. La justicia social, es un sentimiento entrañable, cierto, verdadero, justo, es la acción dar sin pedir, que vuelve como una acaricia en el alma, y llena el corazón por un instante. Será por ello, que los que la sentimos así no toleramos los grises, nos indignan las excusas, las falsas disculpas, de aquellos que presumen por laguna razón que están habilitados a juzgar, hablar, y por último elegir por los más humildes. La justicia social, es significado de equidad, distribución de la renta, justicia, estado de bienestar, igualdad de oportunidades, en términos técnicos, según Wikipedia: “Puede definirse a partir del hecho concreto de la injusticia social. ​Otros pensadores afirman que el concepto justicia social se corresponde con la justicia distributiva de Aristóteles”. Pero, la diferencia entre justicia distributiva y conmutativa llevaría otro análisis, el cual no es el punto de partida de esta nota. Es válido distinguirlas, ya que la justicia distributiva, proviene de la Justicia de Aristóteles, de darle a cada uno lo que le corresponde, y la conmutativa, es un término empresarial, en el que doy para obtener algo a cambio. Sin embargo, es frecuente oír una y otra vez, a distintas personas, de todas las clases, edades, y tiempos que la gente elige “ser pobre”, “que son vagos” o“ planeros”, la expresión es  violenta, humillante, descalificante, y  se torna aún peor, cuando quien la entona no conoce fácticamente el significado de la pobreza. Porque, en el facilismo de no hacernos cargo de las carencias de los que menos tienen, permitimos que los gobernantes crean se les ha otorgado la potestad también, de decidir sobre los sentimientos de un hombre que una vez fue niño, y tuvo la oportunidad de decidir donde nacer. Ergo, lo irremediable, no es ser pobre, sino haber escuchado durante esta semana pasada a funcionarios públicos, decir:” Habría que dinamitar todo, que todo vuele por el aire” haciendo referencia a las villas del conurbano bonaerense. Debido, a que podemos justificar al que desconoce sus derechos, al que no sabe que existe la palabra estado, pero como perdonamos a alguien que parece no tránsito, ni aprobó el preescolar, pero cuelga su título universitario en el despacho. Aunque, siempre me resulto absurda la idea de creer que el rico es rico porque nació así, y el pobre también. Me pregunto ¿cómo una persona puede coartarse la libertad si no la conoce? Como dice Eva Perón en “La razón de mi vida”: “Yo sabía que había pobres y que había ricos; y sabía que los pobres eran más que los ricos y estaban en todas partes. Me faltaba conocer todavía la tercera dimensión de la injusticia” … “Ahora pienso que la gente se acostumbra a la injusticia social en los primeros años de la vida. Hasta los pobres creen que la miseria que padecen es natural y lógica. Se acostumbran a verla o a sufrirla como es posible acostumbrarse a un veneno poderoso”.

El termino justicia social, tuvo su origen con la Doctrina social de la iglesia sus primeros pensadores son de mediados del siglo XIX, entre ellos el más destacado Jesuita Luigi Taparelli. Sin embargo, se pudo en práctica en nuestro país de la mano de Eva Duarte de Perón, a través de su fundación, quien reemplazo la caridad, y fundo otra idea de justicia social con el fin de erradicar la pobreza y la desigualdad. Ergo, en el año 1943 mediante el decreto Nº 12311, se creó la Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social, y unos días después el coronel Perón se hizo cargo del Departamento Nacional de Trabajo y de la Secretaría de Trabajo y Previsión. La justicia social, evoluciono con sus organismos a lo largo de la historia. Asi, en el año 1991 por el Decreto Nº 2.741.3, se creó la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES). La ANSES, tuvo su mayor esplendor a partir del año 2002 con el gobierno de Néstor Kirchner, donde con la ley 25.994, se incorporaron al sistema más de 2,5 millones de personas que hasta entonces no estaban excluidas de la cobertura (jubilación). Y, luego con la ex presidenta  Cristina Fernández de Kirchner, y el ex Vicepresidente de la Nación,como Jefe de la Anses, Amado Boudou,  se creó bajo el Decreto N º  1602/2009, la Asignación Universal Por hijo, que tiene origen en la ley 26.061, con objeto de la Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que se encuentren todo el territorio de la República Argentina, para garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquéllos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en los Tratados Internacionales en los que la Nación sea parte. A diferencia, de lo que hoy traduce la página de Wikipedia, la AUH, no es un seguro, es decreto convertido en ley que busca la protección Integral del Niño. En su art 5 dice: Incorpórase como artículo 14 bis de la Ley Nº 24.714 y sus modificatorios, el siguiente:

"ARTICULO 14 bis.- La Asignación Universal por Hijo para Protección Social consistirá en una prestación monetaria no retributiva de carácter mensual, que se abonará a uno solo de los padres, tutor, curador o pariente por consanguinidad hasta el tercer grado, por cada menor de DIECIOCHO (18) años que se encuentre a su cargo o sin límite de edad cuando se trate de un discapacitado; en ambos casos, siempre que no estuviere empleado, emancipado o percibiendo alguna de las prestaciones previstas en la Ley Nº 24.714, modificatorias y complementarias.”. La ANSES, también impulsó la nacionalización del sistema previsional y la estatización de los fondos de las AFJP, que permitió la administración de los recursos más transparentes, incluyendo más personas al sistema; y el crecimiento de las inversiones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que pasó de $ 98.083 millones el 5 de diciembre de 2008 cuando se realizó la transferencia al Anses a $ 482.660 millones en 31 de octubre de 2014, significando un crecimiento del 392,1%. Este FGS no solo constituye un stock de recursos para los jubilados y pensionados, sino que financia proyectos productivos y de infraestructura. Para el año 2003 había 3,5 millones de jubilados y pensionados, y se destinaba un 4,5 % del PBI. En 2011, un 6,6 %21​ y en 2013 se llegó a un 7,4%,22​ el porcentaje más alto de la región. 

El actual concejal de la ciudad de Rosario, Andrés Giménez, abogado, y ex Jefe de la Unidad de atención Integral (UDAI) de Rosario, quien además trabajo en la Cámara de Diputados de la Nación acompañando al diputado Marcos Cleri, actual candidato a renovar su banca por el Frente de Todos. Cuadro algunas diferencias sustanciales, entre la Administración Nacional de Seguridad Social, de hace cuatro años atrás, y la actual. Giménez explico: “Hay una diferencia notoria de estos últimos cuatro años, y cuando nosotros fuimos gobierno, donde estábamos acostumbrado a beneficiar a la población con un montón de derechos, los primeros programas que venían del Ejecutivo nos los instruía Cristina: Como la entrega la Tarjeta Argenta que era una un beneficio para los jubilados y pensionadas del sistema de Anses, que representaba un sistema tripartito. El estado inyectaba dinero para créditos en las tarjetas, y las tarjetas eran entregadas a los jubilados y jubiladas que en general por sus ingresos algunos jamás habían tenido tarjeta de crédito, y había una tercera pata que era la pata empresarial. Anses, le exigía a la empresa le haga un porcentaje de descuento en una compra cualquiera, desde materiales para la construcción, medicamentos, hasta ropa. Este sistema, funcionaba con un control de la Anses, donde se armaba una carpeta un legajo y se destinaba un crédito con una tasa de interés muy baja, no usuraria, eso genero una competencia con las mutuales. Ya que, en ese entonces las mutuales otorgaban créditos a los jubilados/jubiladas de tal manera al otorgar el crédito, también los afiliaban a la mutual. Con una tasa de interés que oscilaba entre el 50 al 60%, mientras que la Anses la mantuvo entre un 12% al 18 por ciento, de acuerdo a las cuotas que se otorgaba el préstamo. El sistema estatal, apuntaba al fomento de consumo interno, donde se beneficiaban las empresas, por un lado, adheridas a al programa Argenta, el jubilado que obtenía un crédito a tasa baja, y las mutuales tenían que competir con este beneficio. Además, de la desvinculación del jubilado con las entidades usuras que los mantenían como socios aun habiendo terminado de pagar la cuota del crédito. A diferencia, de la tasa que se cobra con el crédito Argenta en la actualidad que oscila entre el 44,68% y el 50,85% anual”.

Durante la gestión de Giménez, también se implementó el beneficio de la Asignación Universal para Protección Social, orientada a las mujeres embarazadas que tuviesen ingresos menores a dos salarios menores al mínimo vital y móvil, sin cobertura médica tenían la oportunidad de tramitar la prestación para poder solventar algunos gastos de embarazo. La Asignación para Protección Social, tuvo doble fin implementar un derecho, ya articulado en la Constitución Nacional en su art 75 inc 23 (“…Seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del periodo de enseñanza elemental, y la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia.”), y lograr reducir la tasa de mortalidad infantil del país, a través de los controles médicos obligatorios a los que debía someterse la embaraza como requisito para cobrarla. Gimenez aclaro: “La asignación Universal por hijo no era una remuneración era un complemento a lo que mama o papa cobraba, bajo un sistema distributivo y solidario del régimen de la Anses, el mismo sistema tenían las Asignaciones Familiares que también se iban acrecentando mes a mes. De la misma manera, de creo la prestación de P.R.O.G.R.E.S.A.R, que era un programa de estímulo para los jóvenes que ingresaban a la Universidad, chicos que no tenían experiencia laboral comenzaban un recorrido de experiencias donde el estado les garantizaba un monto para poder paga sus apuntes, pagar su colectivo que era un monto mensual”. Y Agregó: “Uno de los programas con mas impacto en la sociedad fue el P.R.O.C.R.E.A.R, una deuda que el estado tenía con la población que logro que gran parte de la clase media argentina accediera a su casa propia, donde se generaba empleo directo y empleo indirecto. El empleo directo hablamos de compraventa en una inmobiliaria o un algún privado un terrenito una casa. Y, hablamos de empleo indirecto cuando la construcción de esa casa generaba que las personas que compraban la casa o terreno contrataban aun tercero, carpintero, gasista, arquitecto, plomero eso género que la ANSES se inyecte de dinero, en un círculo virtuoso. Generando más a trabajo con su contratación, ese empleo virtuosamente volvía a la ANSES con la contribución del trabajador y los aportes de su trabajo regresaban virtuosamente a las arcas del estado. Recordemos, que la gran masa de conformación de la ANSES, está sustentada por impuestos directos e indirectos, uno de esos tributos es el IVA. Me parece un oportunismo electoral quitarles el IVA a los alimentos, es otra manera de desfinanciar la caja del estado. Lo mismo ocurre con los créditos que hoy otorga el ANSES, donde el jubilado se ve obligado a sacar crédito por no poder pagar sus servicio e impuestos por los aumentos que este propio gobierno genero a solicitar un préstamo que es engañoso. EL concejal destaco: “Noto que existe un sistema perverso donde el desempleado o beneficiario de la AUH, AAFF o de una jubilación o pensión termina sacando un crédito a tasa altísima para poder pagar los aumentos que el mismo gobierno género.” 

La distribución de la riqueza de un país la deciden sus gobernantes, elegidos por el pueblo, por el sufragio, secreto, libre y obligatorio. Los derechos de los habitantes de la argentina, son de efectivo cumplimiento para quien asume el mando de poder y administración de la cosa pública. Tal vez, mi explicación es demasiado larga, aburrida, si se quiere. Nadie desea saber que detrás de esos “planeros”, hay obligaciones, derechos, que el estado una vez legislo, en post de generar un estado de bienestar y de derecho. Para desgracia, de lo mal hablados, y maleducados me remito a probar que detrás de cada prestación otorgada, hay un derecho o una ley que lo ampara, por eso a veces, antes de hablar es mejor callar. Para terminar, Eva Duarte decía: “Donde hay necesidad nace un derecho”, y así parece ser. Algunos argentinos sentimos que se puede soñar con una argentina con equidad, justicia social porque no imaginamos vallas que no se puedan saltar. Yo soy una de esas personas, que no acepta la pobreza como algo natural, y retomando a Eva me quedo con sus palabras: “Yo no pude acostumbrarme al veneno y nunca, desde los once años, me pareció natural y lógica la injusticia social”.

Por Manuela Porta

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