Pensarnos, como parte de un ecosistema, donde el medio es nuestro país, que hoy, se encuentra desguazado, en su economía, en sus lazos sociales, con familias enteras desbastadas por la pérdida de empleo, sin acceso a los servicios básicos, ni a los alimentos para la subsistencia diaria, pero con la esperanza siempre de renacer como pueblo. Nuestra argentina, ha ganado todo tipo de batallas, políticas, sociales, y económicas, pero nuestra gran deuda, pendiente, no es con el Fondo Monetario Internacional, sino con la educación. Todavía, transitando el año 2019, resulta ser, que no es lo mismo estudiar en una villa, en Jujuy, que hacerlo en una gran ciudad. Las dificultades, abundan, y dañan, son tan diferentemente remotas como sus puntos de conexión, comenzando por el medio de transporte para llegar al colegio. Ya que, no es lo mismo caminar 2km, cruzar un puente, no tener dinero para el bondi o el tren, que contar con todos los servicios, y los medios económicos a la hora de querer aprender. Sin mencionar, aquellos niñitos que concurren a la escuela, solo para recibir, tal vez, la única ración de comida del día cuando algunos pretenden que el niño aprenda a sumar entre tanta resta. En este contexto, donde la educacion está en coma, tropezamos con un presidente que ha disminuido el Presupuesto Educativo Nacional, con un recorte del 17 por ciento, y una inversión educativa real por alumno con un descenso de más del 20 %, entre el 2016 y el 2019. Macri, también tuvo la iniciativa de eliminar la materia historia del programa educativo del último año del nivel secundario, mientras era gobernador de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el punto de partida de este artículo, se lo debo a una declaración de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que en su discurso del pasado lunes, en la presentación de su libro Sinceramente, en el Calafate. La mandataria, hizo alusión a la deuda que contrajo esta administración, y el nivel de desendeudamiento que habían logrado con Néstor, en sus años de gobierno. Y, remarco:” Estábamos endeudados en un 13 %, las familias en un 5%, y las empresas en un tercio de su capital, y vos escuchas anoche decir en el debate presidencial que tomaron deuda para pagar la que habíamos tomado nosotros, que la economía crece, o que le van a dar a los chicos robótica en los jardines. Pero si le sacaron las netbooks.. Y, repitió: “Pero si les sacaron las netbook. Uno puede decir cualquier cosa, pero el problema es que cuando lee, hoy las crónicas periodísticas, y de esto no se dice nada. SI, mencionan lo del dedo del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, yo no sé si no hay una no aceptación de la verdad. Me preocupa, porque los medios de comunicación cumplen un rol importante y la situación del país es grave.
La ex presidenta, hacía alusión a la perdida, y disolución del programa Conectar Igualdad, que fue desmantelado en el año 2017. Conectar igualdad, fue el nombre de un programa surgido como iniciativa del Poder Ejecutivo argentino, lanzado en el año 2010 por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner mediante la firma del decreto N° 459/10. La iniciativa, estuvo enfocada en recuperar, y valorizar la educación pública, con el fin de reducir las brechas digital, educativa y social en el territorio argentino. Se trató de una política de Estado en la que intervinieron la Presidencia de Nación, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), la Jefatura de Gabinete de Ministros, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Para el año 2015, se habían entregado 5 millones de computadoras, y además se habían construido 1428 aulas digitales en todo el país. Conectar Igualdad, recibió premios en el extranjero, y de diferentes organismos internacionales, entre ellos una distinción del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y por la cumbre Iberoamericana, entre otros. Ergo, y en el mismo orden de gestión, Mauricio Macri, elimino por decreto el programa Conectar Igualdad, y lo reemplazó por “Aprender Conectados”. Asi, en el primer trimestre del primer año de gobierno de Macri, marzo del 2006, se despidieron a mil trabajadores de Conectar de la ANSES, y los que quedaron fueron trasladados a la orbita del Ministerio de educacion donde se terminó de desmantelar el programa Conectar. Ese mismo año, se hicieron las entregas de las netbooks en stock que ya se habían pactadas sus entregas, y poco a poco, ese sueño de la computadora propia para todos los chicos del país se fue desvaneciendo. Frente a esta situación, el presidente declaró: “¿De qué servía repartir computadoras si las escuelas no tenían conectividad a Internet? Es como repartir asado y no tener parrilla, no tener para prender el fuego”. Está claro que, para la época de las declaraciones mencionadas, ya no había, ni computadoras, ni programa, ni empleados en funcionamiento. Casualmente, Aprender Conectados, el fingido, reemplazo del antiguo programa Conectar Igualdad, fue reconocido por la Unesco destacando las áreas de programación y robótica dentro de la currícula de materias obligatorias, otra mera causalidad. Ergo, las investigadoras María Verónica Alderete y María Marta Formichella, rechazaron la hipótesis de que no existen diferencias en el rendimiento educativo entre los estudiantes que participaron del “Programa Conectar Igualdad “ y los que no.
Es importante, que en la era de la conectividad en la que estamos sumergidos, donde hay una desconexión total, entre lo real y lo virtual, donde nos alimentamos de información programada, viviendo la instantaneidad vacua de contenidos distintivos, y en ese océano de falsías creyendo que caminamos hacia adelante lo hacemos hacia atrás. Formamos parte de una comunidad de redes, que no tienen red, porque no todos formamos parte, no todos accedemos, ni siquiera todos participamos de la misma manera, y en la misma medida. Y, al emerger de la pantalla que nos ilumina el reflejo, de esa esa pequeña red de pajaritos azules, e instantes fotografiados nos encontramos desconcertados. Somos un rebaño dócil si carecemos de educación y acceso a la verdad. Arturo Jauretche, describe en el capítulo “Zonceras complementarias de política criolla “del libro Manual de Zonceras Argentinas: ”Cuando el pueblo vota, no vota científicamente, están todos de acuerdo en que vota mal porque no está suficientemente educado, y el resultado es que aún los científicos que se aferran lo que quería el pueblo votar, terminan por coincidir con los menos científicos de la oligarquía que quieren conservar el poder, aunque no digan esto porque es poco científico”… . Es aterrador, observarnos como entes en repetición constante, devotos de una libertad limitada/condicionada por 140 caracteres cuando la realidad principia en otro sitio que no es indiferente mientras nos mantenemos acoplados a esta masa. En la argentina, tener acceso a la internet, implica tener un aparato que haga la conexión: celular, Tablet , computadora. Además, del pago de una módica suma de dinero para obtener el servicio prepago, en el mejor de los casos, cuando no significa comprar la tarjeta en el kiosco del barrio, para recargar el celular, y así poder comunicarnos al mundo cibernético, sacar un turno en el médico, o colgar una foto para saludar a un amigo del Facebook. Las telecomunicaciones en nuestro país, da cuenta que la realidad es más drástica del que podemos sospechar, y el camino por transitar puede ser más lánguido. Ya que, solo el 30% de los argentinos no tiene acceso a internet y el 40% que lo tiene no sabe cómo usarlo. Sin mencionar, que hay un 70% del territorio, donde vive el 30% de los argentinos, no hay acceso a internet o el acceso es de mala calidad.
Para terminar, me resulta importante no caer en la vulgar creencia: de que los jubilados sacan turnos por internet, o que todos los niños de nuestro país tienen acceso a la tecnología, y a la educación de manera igualitaria. Por tal motivo, es necesario apostar a una educacion sin fronteras donde todos estemos conectados de manera federal , y las posibilidades sean análogas para todos los niñes por igual. Si bien, como dije al principio los argentinos somos resilientes. La resiliencia en materia educativa es la capacidad de resistir, es el ejercicio de la fortaleza, como la entienden los franceses: “courage” para afrontar todos los avatares de la vida personal, familiar, profesional y social. El término “resiliente” es el invulnerable, invencible y resistente. La acepción de “resiliente” reconoce el dolor, la lucha y el sufrimiento implícitos en el proceso. El proceso de adquirir resiliencia, es de hecho el proceso de la vida, dado que toda persona requiere superar episodios adversos de trauma y rupturas en el proceso de vivir, sin quedar marcado de por vida. Estoy convencida, que podemos saldar esta arcaica deuda, y pensar un pais donde estudiar sea un derecho, vivas donde vivas dentro de nuestra querida argentina.
Por Manuela Porta